viernes, 31 de diciembre de 2010

Estadísticas

Ya quisiera yo ser librepensador,
no oír el rugir de tripas de tantos, ni su llanto, ni su dolor,
establecerme correcto, filósofo, neutral, independiente,
manejarme bien con toda la gente.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

El caso es que me afectan, quizás demasiado,
la tristeza de los suburbios, el drama urbano,
saber que seremos caníbales dentro de poco
y que no habrá carne suficiente para todos.

El caso es que me afecta, quizá más de lo normal,
tener tanto miedo al cruzar mi portal,
ver que arde mi ciudad o que sangra el asfalto.
Quizá debería ver menos el telediario.

“Ya quisiera yo” (fragmento). Ismael Serrano.

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Al parecer hay un común denominador en los balances que se hacen sobre el año, uno en el coincidimos hasta con las cadenas internacionales: los números.

En mi Dominicana querida hubo un censo este año y como dato preliminar se habla de 9.5 millones de habitantes en media isla (mal contados supongo), los noticieros anuncian que hubo un incremento en los pleitos en el congreso (no vale el esfuerzo establecer cantidad), disminución en las visitas a lugares de entretenimiento familiar, incremento del cierre de centros de diversión familiar, aumento en la tasa de matrimonios y decrecimiento en los divorcios -que están más caros que años atrás-. Más nacimientos pero también más muertos… más más y menos menos.

Desde que recuerdo las comparaciones me han parecido odiosas, aunque algunas necesarias, porque tratan de cobijar todo en la misma sombrilla. Es como si de pronto nos convirtiéramos en sólo un número frío en la estadística, uno que poco o nada importa los sentimientos o circunstancias por la que estemos pasando de manera individual.

Escribo estas líneas cuando faltan horas para las 12 campadas de las 12 de la media noche y antes de medio día el conteo no se detiene: se anuncia que más de un cuarto de la población en la capital disfrutará de actividades a cielo abierto, más de un tercio viajó a provincia para estar con los suyos, más de la mitad debe trabajar hasta medio día, etc., etc., etc.

Sin embargo, hay aspectos estadísticos que pueden hacer a una persona feliz a las 7 de la mañana y sentirse como algo más que un insensible dígito. A esa hora verificamos los inventarios de este blog. Fue una agradable sorpresa. Desde mediados de este año se han multiplicado los lectores, lo mejor fue saber que no solo la familia visita la página aumentaba el marcador, hay personas de otros países que con regularidad nos visitan y es posible que hasta lean más que las letras de canciones.

De pronto sentí que los esquemas eran más que números fríos y odiosos. Siendo sincera les confieso que tuve la sensación de que, en la pequeña sala de mi apartamento, personas con varios acentos se sentaba con una taza de café, té, mate, cola, vino o simplemente agua para hacernos confesiones en la intimidad del silencio; sentí que hay vida allá afuera y que de alguna forma los números eran la muestra de su existencia.

Supongo que todo dato frío tiene su tibieza. Gracias infinitas a todos por esta sensación tan agradable que llegó con las cifras de sus visitas.

Un Feliz inicio de año y gracias infinitas… vuelvan pronto.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Espero por Frank...

Estabas sola, pero tranquila
cuando te dijo ¡que linda estas!
Y fue una ráfaga de la vida, fue una ventana en la oscuridad
Y susurrado como en los cuentos,
aprovechó tu debilidad ,
llovió la lluvia en los cauces secos y puso un beso en tu soledad.

Como una flor jamás presentida se hizo el guardián de tu intimidad,
en los balcones ropa tendida
y afuera el ruido de la ciudad.

Pero pensando que el tiempo es vela
que se deshace sin avisar,
encarcelaste al amor que vuela con el temor de lo que se va
Y te entregaste sin condiciones y te olvidaste quizá de ti,
y como dicen en las canciones: si tú te vas… ¿qué será de mí?

Forzaste quizá demasiado los lazos,
pensando que en eso consiste el amor:
en dar sin medir el calor de un abrazo
¿Quién sabe que fue… qué pasó?

Estabas sola, pero tranquila
cuando te dijo vengo por ti,
eres la cura de mis heridas, toda la vida que no viví
Y ¿cómo hacer para no creerle?
¿Cuál es el paso que hay que medir?
¿Cuál es el límite de la fuente?
¿Cuál es el tope de la raíz?

“Lazos”. Pedro Guerra.

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Los modelos holliwoodenses son perjudiciales para la salud. Muchas son las personas afectadas y que se han sentido engañadas cuando las cosas distan mucho de “…y fueron felices por siempre…”. Es muy grande la frustración de ver a todos radiantes (menos tú), los abrazos que muestran por todos lados, los besos de los enamorados y -como si fuera poca cosa- esta es la fecha en que se presentan los matrimonios y prometidos a las familias y círculos de amigos.

Es posible que sólo me pase a mí pero con honestidad no lo creo.

Tuve la oportunidad de ir a una reunión de una de mis familias extendidas y se anunció un matrimonio, un aniversario de bodas y dos compromisos en un grupo de 15 personas (incluyendo a los niños que eran como 6). No les voy a negar que por un momento sentí cantar en mi interior 2 canciones de las más trágicas que he oído, sus coros dicen algo así: “… yo no nací para amar… nadie nació para mí…”, la otra, más criolla y con tanto drama que no tendría nada que envidiar a una telenovela mexicana (con todo respeto a tan noble género) “…fatalidad, amor sufrir tan de repente… ¿hasta cuándo trae con ella una esperanza?… es una fatalidad…” (Agradezcan que solo lean y no me pueden escuchar).

Con esas odas a la desgracia en la cabeza, llegué a casa y me descubrí sola en un apartamento, sentí tantas ganas de llorar que no podría explicar. Antes de que quieran solidarizarse y comenzar a llorar por mi dolor debo decir que se fue tan rápido como llegó, esta vez no tuvo chance de instalarse.

Las canciones (de cualquier género) han marcado mi vida desde que tengo memoria, así que la respuesta llegó en otro tema musical, esta vez con “La Voz”, el encantador Frank Sinatra (también es interesante la versión de Michael Buble): “…The best is yet to come…” (Lo mejor está por venir).

Fue con la música que aprendí la importancia de no encerrarse en un género o tema, luego lo llevé a una situación o aflicción porque “todo pasa y todo queda”.

Muchas veces nos aferramos tan fuerte a algo o alguien que no medimos consecuencias y nos olvidamos de cosas importantes. Si más satisfacción hay en dar que en recibir, no debemos frenar a otros que puedan sentir ese regocijo también. Cuando nos damos también debemos estar abiertos a recibir; compartir la alegría de los demás es una forma de recibir.

En lo que nos tomamos tiempo y soltamos un poco esos abrazos -que más que mostrar afecto estrangulan- comencemos a darnos ese cálido acercamiento a nosotros mismos, este nos va a permitir seguir ofreciendo a manos llenas, con la seguridad de que cuando recibamos será en igual o mayor medida…

Definitivamente me quedo con Frank… “The best is yet to come…”

jueves, 16 de diciembre de 2010

¿Por qué debemos ser honestos?

Clavo mi remo en el agua
Llevo tu remo en el mío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

El día le irá pudiendo poco a poco al frío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

En esta orilla del mundo lo que no es presa es baldío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

Yo muy serio voy remando muy adentro sonrío
Creo que he visto una luz al otro lado del río

Sobre todo creo que no todo está perdido
Tanta lágrima, tanta lágrima y yo, soy un vaso vacío

Oigo una voz que me llama casi un suspiro
Rema, rema, rema…

“Al otro lado del río” (fragmento). Jorge Drexler

Hace muchos años los profesores daban mucha importancia a la formación de valores en los estudiantes, tanta que cualquier falta era una oportunidad para los educadores de mostrarnos innovadoras maneras de literatura. Solíamos escribir ensayos con títulos como “La importancia de la honestidad” o “¿por qué debemos ser honestos?

Luego de esta encomienda estaba la aun más difícil tarea de leerlo en público, dejando expuesto que habíamos incurrido en una falta (cualquiera que fuera). Una página dedicada a hablar sobre las bondades que habíamos olvidado, otra página para hablar de las consecuencias de nuestro error y algunos (más exigentes) nos incluían en la tarea un planteamiento de cómo podía cambiar el mundo si todos dejábamos de incurrir en horrores como el nuestro.

Cuando miro un poco al pasado recuerdo la sensación de malestar que se evidenciaba al estar frente a todos reconociendo nuestra debilidad, medito en cuánto más difícil sería hacerlo ahora que los años han pasado. Por mi cabeza pasó una imagen de mi rostro; me imaginaba de pies en el centro de mi sitio laboral diciendo a todos que les he mentido, adulado, incumplido y hasta decepcionado en el silencio de mi rincón.

Sentí desmayar cuando pensé en la misma situación trasladada al centro de una sala en plena reunión familiar, una de esas que son engorrosas y en la que no faltan los primos, tíos, cuñados, sobrinos y allegados que no son de nuestros favoritos -por no decir que preferiríamos comer erizos de mar 3 veces al día antes que entablar una conversación honesta con ellos- y estamos ahí compartiendo para no causar malestar a los padres, la pareja, los vecinos, los enemigos (¿alguien sabe por qué?).

De manera muy personal llegué a la conclusión de que lo esencial es comenzar a ser honestos con nosotros mismos y saber que no tenemos que agradar a todos, cocinar siempre en punto de sal, colocar las cosas en su lugar, tener la mejor pareja, los mejores hijos, el mejor empleo… no tenemos que ser perfectos. Muchas de estas cosas solo las deseamos porque la prima ‘Ana’ (es solo un nombre al azar para no herir susceptibilidades) tiene una familia como salida de programa de tv en los años 80 o de portada de revista social.

¿Cuántas son las cosas que anhelamos con la sola intensión de ser mejores personas y serlo por nosotros mismos? Falta sinceridad con nosotros mismos. Luego de este paso –entiendo- sí podemos pensar en hablar con la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad con todos a nuestros alrededor. Ya habremos comprendido por qué hacemos las cosas, por qué no las hacemos, hacia dónde vamos o nos quedamos y al final si sabremos cuál es la real importancia de ser honestos.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Que se vaya la luz…

Ah! Cómo hemos cambiado
qué lejos ha quedado
aquella amistad.

Así como el viento lo abandona todo al paso,
así con el tiempo todo es abandonado;
cada beso que se da, alguien lo abandonará.

Así con los años unidos a la distancia,
fue así como tú y yo perdimos la confianza;
cada paso que se dio, algo más nos alejó.

Y así como siento ahora el hueco que has dejado
quizás llegada la hora vuelva a sentirte a mi lado
tantos sueños por cumplir, alguno se ha de vivir.

Lo mejor que conocimos,
separó nuestros destinos
que hoy nos vuelven a reunir;
tal vez si tú y yo queremos
volveremos a sentir aquella vieja entrega.

Ah! Cómo hemos cambiado
que lejos ha quedado aquella amistad.
Ah! ¿Qué nos ha pasado?
Cómo hemos olvidado aquella amistad.

“Como Hemos Cambiado”. Presuntos Implicados

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Creo que con el título de esta reflexión lo más prudente es explicarme para aquellos no familiarizados con las cosas que suelen pasar en nuestro terruño.

Con el paso de los años hay en nuestros hábitos saltos impresionantes, de esos de los que solo percibes cuando te sorprendes mirando una película con una antena parabólica, hablando por un aparato que, a la vez, te deja revisar un correo electrónico o escribiendo en una laptop sin sentir un apagón (interrupción en el fluido eléctrico) porque un aparato entra en funcionamiento de manera automática –uno que ahora está presente en casi toda casa, porque decir hogar sería osado- aquí los llamamos “inversores”.

Al nombrar los aparatos me dan ganas de llorar -sin ánimos de ser dramática- y es que al parecer la función del “inversor” era una que recién advertimos: invertirnos la vida.

Recuerdo con tanta nostalgia las crisis en el suministro energético (tan frecuentes a lo largo de toda nuestra historia) que para una niña de 6 años no significaba otra cosa que la emoción de compartir momentos inolvidables. Todos nos reuníamos a jugar sin usar más que la creatividad y los pocos instrumentos que pudiésemos encontrar; de esta forma, lo que para nuestros padres se convertía en basura para nosotros era todo un tesoro desconocido con la capacidad de llevarnos más allá de lo conocido o imaginado. Varas caídas de los árboles, polvo, agua, un pedazo de tela, zapatos viejos, rollos de plástico, todo nos servía en el tiempo en el que las piedras del camino no eran tropiezos sino pinceles para dibujar en el suelo nuestros sueños… y la felicidad era posible.

Las noches sin energía eléctrica significaban todo un mundo de cosas nuevas, de magia, de conversaciones con nuestros padres y familiares, vecinos y amigos, que no hacían más que estrechar nuestros lazos filiales. Y así era como nuestros vecinos pasaban a ser tíos y primos tan cercanos como los que llevaban nuestra propia sangre.

Más allá de lo imaginable los temas no se agotaban en nuestra gran familia; las necesidades, las abundancias, matrimonios y divorcios pasaban frente a todos con el único interés de ser participes de alegrías y tristezas por igual y no por chismografía barata (eso jamás), lo único que se buscaba era ayudar. Al hablar compartíamos todos como si se tratara de un tributo a los lazos que decidíamos honrar.

El “inversor” ha transformado todo. Lo acuso a él porque nuestra naturaleza humana debe entender que siempre hay un culpable y es más fácil acusar algo inanimado porque no puede defenderse o justificarse.

Ahora todos tienen energía eléctrica y a la menor falla corren hacia donde tengan el milagroso aparato que hoy es el sustituto de mis recuerdos felices. Nuestro único contacto son conversaciones a través de BlackBerry, redes sociales o SMS que limitan las palabras para expresar lo que sentimos o las hacen tan públicas que pierden sentido.

Hay más medios para hablar y menos comunicación… que ironía.

Con todo franqueza digo que me siento orgullosa de que mi madre dedique tiempo (y dinero) para llamar desde otro país y preocuparse por mí, que se ocupe de refrescarme lo bella de su caligrafía porque prefiere la escritura en papel a un frío correo electrónico. Mi padre (un poco más metido en el modernismo debo confesar) por suerte no pierde el hábito de escribir correctamente y sin acortar los mensajes como es frecuente ahora para ahorrarse molestias en los “chats” o mensajes a los celulares móviles.

Aun me emociona que se vaya la luz. Me queda la esperanza de sea por tan largo tiempo que se descargue el “inversor” y vuelvan a invertirse las cosas, que se descarguen los celulares, que se caigan las redes sociales o cualquier otra forma de impersonal comunicación. Quizás solo así volvamos a pintar sueños con las piedras del camino. Quizás volvamos a decir “te quiero” sin miedo de que piensen que es el aviso de un suicidio y que los abrazos dejen de ser la novedad que solo florece en año nuevo bajo luces artificiales.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Crecer duele!: ...Un adios

Hoy de mí hacia tí,
hoy de tí hacia mí
quiero hacerte un regalo viejo.

Desempolvemos algo,
las pasiones lejanas,
algo de aquellos sueños sin ventana.

...Vivamos de corrido, sin hacer poesía,
aprendamos palabras de la vida.

Desnudémonos, pues,
como viejos amantes,
que lo mismo de siempre
nos quede delante.
Desnudémonos, pues,
como viejos amantes
que se apague la luz
y que el sol se levante.

Hoy de tí hacia mí,
hoy de mí hacia tí
vamos a hablar en voz muy baja.
Dime lo que te pasa, déjame levantarte,
déjame darte un beso y curarte
vivamos de corrido, sin hacer poesía
aunque no esté de moda en estos días.

Aunque no esté de moda te pido una mano,
mis entrañas no entienden de estética y cambios.
Aunque no esté de moda
repite conmigo
quiero amor, quiero amor,
quiero amor compartido.

Algo nos está pasando,
un ruido como de pasos
viene en la oscuridad
y se vuelve a ir.

Algo nos está pasando,
desde que la gente está empeñada
en quererse amar
y en poder vivir.

“Aunque no este de moda” (fragmento). Silvio Rodriguez.

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Hace poco comentaba algo que siempre me habían dicho y que, para mí, carecía de sentido hasta hace poco: “crecer duele”. No lo entendí hasta que comencé a “crecer”. No hablo de las responsabilidades que se adquieren, de las deudas que llegan con más frecuencia que las entradas económicas; tampoco de los hijos que tantos dolores de cabeza nos presagiaban (y que sé llegaran en algún momento). Lo que se pierde son trozos de nuestra vida, pedazos del corazón.

Cuando somos niños todo es mágico. En mi caso uno de los momentos más emocionantes era la hora de ver la caja de imágenes (TV) que incesantemente nos transportaban a situaciones jamás imaginadas, a historias increíbles y nos hacían conocer a gente que obraba por otra gente y por su país.

En mi hogar la televisión debía verse en familia, así que, como han de imaginarse, todos teníamos los mismos temas para comentar o escuchar. Cada uno desde su óptica hablaba de “La Ranita de Metan”, “Los Picapiedras”, “El Show del Mediodía”, “El Gordo de la Semana”.

Hoy en mi corazón ha anidado la nostalgia mientras veía con asombro cómo han cambiado las cosas para todos, comenzando porque cada cual tiene sus programas, sus TV, sus recuerdos, su isla… su vida. Justo llegó el dolor de la pérdida.

“Don Freddy Beras Goico ha muerto” era el titular desde las 5 de la mañana, las redes sociales lloraban a coro y como movidos por combustión espontánea, nuestros padres marcaron celulares, mandaron e-mails en lo que parecía un intento por compartir el dolor que sentimos por despedir parte de nuestros momentos celosamente guardados; aquel que nos unió, que nos hizo reír de forma inteligente y llorar con sentimiento verdadero ha partido de este mundo.

Los hombres no deben ser nuestro norte. Estos son imperfectos. Sin embargo, hay hombres que dentro de sus imperfecciones nos entregan lo mejor del ser humano que buscamos para que acompañe nuestras imperfectas realidades.

Aunque hasta el momento he tratado de no hablar de modo directo de cosas que acontecen en mi terruño querido (República Dominicana) en este blog, esto va más allá de lo que pude evitar. Ver que se vaya nuestra infancia de manera insospechada, sentir que los recuerdos de nuestra habitación para hablar y compartir risas, analizar problemas y soluciones, llorar de la emoción, tristeza o rabia ya no sería más que un recuerdo, uno que con fuerza evocamos al ver el titular “Don Freddy Beras Goico ha muerto”, duele.

Si el dolor de la pérdida es el indicativo de crecimiento, en esta ocasión no siento temor de exclamar ¡CUANTO HEMOS CRECIDO!

Hasta siempre Don Freddy, por usted seguiremos con conciencia riendo y llorando.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Aplicando el mensaje...

Soñar, con lo que más queremos, aquello, difícil de lograr,
Es ofrecer llevar la meta a su fin, y creer que la veremos cumplir.
Arriesgar de una vez lo que soy por lo que puedo ser.

Hay días... que pasan a la historia... son días... difícil de olvidar.
Sé muy bien, que puedo triunfar, seguiré con toda mi voluntad.
Hasta el destino enfrentar y por siempre mis huellas dejar.

Puedes llegar lejos
A las estrellas alcanzar a hacer de sueños realidad
Y puedes volar alto
Sobre las alas de la fe, sin más temores por vencer,
Puedes llegar...

"Puedes llegar". Voces Unidas

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¿Han notado cómo cambia nuestra perspectiva cuando vamos a una charla de superación personal o escuchamos el testimonio de un emprendedor? Miramos maravillados los días y damos gracias porque todo ha sido fácil para nosotros al compararnos con esa persona.

Después de ese contacto todo se ilumina; ya sabemos qué hacer con nuestras vidas, cómo ayudaremos a los demás y hasta cómo sonreiremos a los compañeros de oficina (hasta a ese que tan mal nos cae)... si es una actividad religiosa hasta saludamos a todos con un amistoso “Dios te bendice”.

A media mañana del día siguiente ya no estamos tan claros en nuestro proyecto de “salvemos al mundo con una sonrisa” ¡Cuán distintas son las cosas en el plano de aplicación! Nadie te devuelve el saludo, tus ideas innovadoras son material para estudio y posterior envío al psicólogo del departamento (estás loco), tu plan de integración es un fiasco en opinión de tus superiores y el saludo amable parece no convencer a nadie de que un cambio ha operado en ti.

Claro, te has pasado 3 años y 9 meses (en el mejor de los casos) siendo parte de ese sistema de ogros funcionales y llegas un día maravillado porque “hoy brilla un hermoso sol”, que, dicho sea de paso, es el mismo de siempre.

¿Qué estaré haciendo mal? ¿Es que acaso todos están de de acuerdo para no ver el resplandor que nos regala el astro rey? ¡No fue así como me lo contaron ayer! “Una sonrisa puede marcar la diferencia”, así dijo al final ese conferencista que me hizo sentir que mis dientes tenían una nueva finalidad, entonces, ¿Qué es lo que anda mal? ¿Necesito hacerme un blanqueado?

Repase sus líneas. Estoy casi segura que en algún momento ese conferencista habrá dicho que pasó muchos años viviendo de espaldas a una buena estrategia, un plan para salir del hoyo, sin embargo, después de trazado el plan tomó un tiempo para ejecutarlo por completo. Hacer un bosquejo, una estructura, un plan de aplicación, un estudio FODA para los más entendidos en el lenguaje y saber hacia donde dirigir los esfuerzos.

Lo único que puede estar fallando es la idea de que a la primera sonrisa todo cambiará, con un solo apretón de manos todo sería diferente; con la sola idea de que el mundo es verdaderamente hermoso no todo marchará como en las películas, no todos se ayudarán y serán felices por siempre.

¿Cuál es tu estrategia?

Hay cosas que no cambian en un día, el tiempo es necesario para ver que las situaciones se enrumban por caminos distintos; y digo ver porque hay chispas que de inmediato encienden pero toma un tiempo para que la notemos. Luego que decides no fumar toma tiempo hasta que tus compañeros te dejen de preguntar si quieres uno y en lugar de eso pregunten si te molesta el humo; igual si decides no ingerir alcohol, el jugo o la soda no son una opción automática cuando llegas a una fiesta y te ofrecen de tomar. Debemos dar tiempo para que los cambios operen y se hagan permanentes. Todos lo perciben pero ¿Cómo saber si son reales a menos que seamos constantes?

Si un día el plan “una sonrisa para cambiar el mundo” no funciona , al día siguiente hazlo con más entrega y dedicación. Si no funciona, el tercer día es una buena opción, el cuarto, el quinto y sexto también. Nunca dejes decaer tu plan para cambiar las cosas, es posible que haya alguien esperando para sumarse a esa sonrisa que muestras justo el día en que te quieras dar por vencido.

viernes, 12 de noviembre de 2010

"... Y me seréis testigos..."

El tiempo vuela! Hace un año inicie el contacto en este blog. Lo recordaba al ver un atardecer, una hermosa tarde con sus colores mandarina, también pensé en sus menjurjes. Este, como aquel primer escrito, sin tema musical que acompañe, pues siento que es una canción que llevo dentro y debo cantar.

Como traído por los pelos me encuentro en las mismas que en aquellas líneas que iniciaban hace un año ya: queriendo adelantarme al cañonazo y 12 campanadas, las que muchas veces nos condenan a creer que no logramos, que lo hicimos a medias o que la meta no era tan dulce como en la distancia percibimos o en la imaginación creamos.

Para adelantarme un poco al trillado proceso de los recuentos de fin de año (no significa que no lo haga al final) comenzaré mi limpieza de armario una vez más.

2010 ha sido un año fructífero y lleno de retos para todos (estoy segura). De un modo muy peculiar he encontrado la tranquilidad en los segundos, minutos, días y semanas. Con ellos he descubierto nuevos latidos en mi corazón (más que sístole y diástole), estos han llegado con personas maravillosas y situaciones que han asombrado a más de uno en mi entorno.

Recordé una historia. Un maestro, en afán de que su alumno aprendiera, sacrificó el sustento de una familia completa. Era una vaca. De ella extraían todo lo que podían aprovechar para su sustento y vendían el resto. Después de matarla se alejaron de aquel lugar. Algún tiempo transcurrió hasta que el alumno, convertido en hombre, volvió y se maravilló al aprender una nueva lección después de tantos años. Esa familia había salido de lo que conocía, se procuraron nuevas formas de sustento y prosperaron grandemente.

Medité en esto y ¡oh sorpresa!… alguien mataba mi vaca. Justo frente a mí, compartiendo mis caminos, personas aguardaban una sonrisa y la oportunidad de convertirse en verdaderos amigos, de esos que sobrepasan cualquier expectativa humana. Lo admito… he sonreído.

Para el común de los seres humanos el cuadro de mi vida debió ser más que crítico a estas alturas, grave, agonizante, moribundo -por no decir muerto-. Para sorpresa de todos, el oasis estuvo en el lugar adecuado y en el momento preciso.

Los bolsillos pueden estar vacios, sin embargo, en medio de todo, somos llenos de milagros que ocurren en todos los ámbitos. ¿Cómo no llenar el espíritu?

A ver si les ilustro: ¿Cómo explicar que sin dinero en las cuentas, con ingresos insuficientes y con un incremento en las deudas, que pasan de lo preocupante a lo extremo, aparezcan bienes materiales en abundancia que distan de ser dádivas? ¿Cómo explicar que aunque haya decidido aislarme en mis cuatro paredes, los ángeles toquen la puerta, se instalen, sirvan y ayuden sin condiciones?

No es un cuento de hadas, si les detallara se maravillarían conmigo. Hablo de mi vida, de mi cotidianidad, de los milagros que he presenciado y que jamás se me había ocurrido pedir.

Muchas veces preferimos ignorar los que tenemos en frente y pedir los que creemos oportunos, beneficiosos… “Los que nos convienen”, decimos.

Este año me ha dejado una gran lección: en muchas ocasiones esperar es, en sí, la respuesta que necesitamos.

No es fácil esperar, sin embargo, otra cosa que aprendí -y esta sí que es de suma importancia- es que “a los que aman a Dios TODAS las cosas ayudan a bien”.

Gracias a todos.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Para ser sincera…

Anda…
Quítate el vestido
las flores y las trampas,
ponte la desnuda
violencia que recatas…

Deja que descubra
los montes de tu mapa,
la concupiscencia
secreta de tu alma…

Pídeme que viole
las leyes que te encarnan,
que no quede intacto
ni un poro en la batalla…

Dime lo que sientes,
no temas si me mata,
que yo sólo entiendo
tus labios como espadas…

“Anda” (fragmento). Jorge Drexler

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A inicios de semana colgaba un escrito que, por ejercicio de conciencia, borré de este blog (es necesaria confesión). El motivo fue simple y sencillo: mi amigo Franklin me comentó en una muy honesta conversación que no entendía el contenido del mismo. Dos días después de pensar sobre la ‘tertulia’ entendí a la perfección a lo que se refería.

En el escrito todo eran palabras consecutivas que no mostraban a la Susie que él conoce ni la conoce nadie que haya tenido más de 4 minutos de contacto con ella. Era un montón de palabras ocultando su verdadera preocupación.

Ese día pensaba en el tema sinceridad o ser transparentes en todo momento lo que puede traernos serios inconvenientes, comenzando por nosotros mismos. Pensemos en todo lo que nos cuesta admitir un error y pedir disculpas de corazón, decir te amo meditando en todas las cosas que esto puede implicar. Damos por sentado que no son necesarias las expresiones verbales porque nuestras acciones deben hablar por nosotros.

A fin de evitar situaciones caemos en extremos. Podemos sobre-entender que todo está dicho con una llamada de buenos días o la pregunta fría de cómo le fue en el día, compartir gastos al 50-50 (siempre y cuando la situación lo permita), conocer su plato favorito y procurar ponerlo al alcance en cada fecha especial; en el otro extremo encontramos los que repiten te quiero (o te amo) que se cuentan por cientos a mitad de semana. Las palabras suenan huecas, fenómenos que se repiten para llenar de regocijo el vacío propio y no por alguna duda que pudiera tener la persona “amada”, eso por citar el caso de las parejas. Si tocamos el plano de los amigos nos complicamos aun más.

Ambos casos son aceptables desde el punto de vista de la razón, son intentos por demostrar afecto, sin embargo, en ocasiones esos gestos evitan la “auto-transparencia”.

Es solo un quizás que puede ser valido: quizás tratamos de llenarnos o tapar huecos realizando rictus que se convierten en costumbre pero con el que no nos sentimos identificados y que solo ocultan nuestros verdaderos sentimientos o deseos.

Puede doler pero es mejor ser honesto, más que con los demás, con nosotros mismos.

Feliz día!!

lunes, 4 de octubre de 2010

Los puntos de mi agenda...

Gente que se despierta cuando aún es de noche
y cocina cuando cae el sol,
gente que acompaña gente en hospitales, parques;
gente que despide o que recibe a gente en los andenes;
gente que va de frente,
que no esquiva tu mirada
y que percibe en el viento cómo será el verano,
cómo será el invierno.

Gente que pide por la gente en los altares,
en las romerías,
gente que da la vida, que infunde fe,
que crece y que merece paz.
Gente que se funde en un abrazo en el horror
y que comparte el oleaje de su alma,
gente que nos renueva la pequeña esperanza
de un día vivir en paz.

Para vivir así en miradas transparentes,
recibir su luz definitivamente,
nubes van y hoy pasando
pero aquella luz nos sigue iluminando.

¡Que fresca es la sombra que ofrecen!
¡Que limpia el agua dulce de sus miradas!
es por ti que empiezo un nuevo día,
hay ángeles entre nosotros.

“Gente”. Presuntos Implicados.
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Al iniciar nuestra jornada laboral organizamos nuestra agenda y colocamos en ella los pendientes en orden de prioridades, con las horas específicas en las que cumpliremos nuestras obligaciones.

Abrimos los ojos y, por lo general, nos lamentamos de que la noche haya terminado y comience la jornada, con ella las obligaciones, la cotidianidad o -lo que consideramos su sinónimo- la rutina.

Levantarnos, preparar los niños, el desayuno, el almuerzo y/o la merienda, lavar, planchar, dar mantenimiento al vehículo, pagar las cuentas, completar la despensa, etc., etc., etc. Eso al margen de los quehaceres en nuestro sitio laboral. Uffff!! Solo escribirlo me agota, imagino cuanto más a las personas que leen y meditan sobre esto.

En medio de todo este correr: ¿Qué tiempo dedicamos a vivir?

Esa es la pregunta que constantemente debo responder y la que, muy frecuentemente, no logro dar respuesta satisfactoria (para otros).

¿Qué es vivir? Mmmm… difícil pregunta, con una aun más difícil respuesta.

Cada uno tiene sus propios problemas y complicaciones, también su definición de lo que significa “vivir”. Para pocos supone algo que puede agendarse al comenzar la semana o planificarse de forma que digamos “hoy viviré de 6 a 10 PM”, si procediéramos así restaría importancia a los hermosos momentos que llegan, sin importar el lugar donde nos encontremos, tampoco la hora.

Mientras iniciaba mi jornada este lunes (a las 5:30 AM) pude ver la hermosa sonrisa de mis compañeras de trabajo, escuchar los sueños y planes para prosperar de mi amigo de cabina, las bromas de los técnicos, el análisis de otro más, la maravillosa forma de saludar de la conserje que nos asiste y el reloj aun no marca las 7:30. ¡Cuanto he vivido a esta hora de la mañana!

¿Dónde puede haber incluido eso en mi agenda? Decidí hacerlo al inicio, en un aparte al que he llamado “EL PROPOSITO DE MIS DIAS” y al que he puesto el subtítulo “VIVIR Y SER FELIZ CADA INSTANTE”.

Feliz inicio de semana!!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Carta

Varias primaveras atrás
el viento cambio,
y una canción me trajo hasta aquí.

No fue más que un signo sutil
que luego creció,
y una canción me trajo hasta aquí.

Antes, antes en aquel otro mundo distante,
tiempos de otro cantar.

Lejos, lejos con la mirada en otros espejos,
sin darme cuenta un día eche a andar.

Con un entusiasmo infantil
que dura hasta hoy,
una canción me trajo hasta aquí.

Fui dejando versos detrás
renglón a renglón,
una canción me trajo hasta aquí.

Antes, antes en aquel otro mundo distante,
tiempos de otro cantar.

Lejos, lejos con la mirada en otros espejos,
sin darme cuenta un día eche a andar.

“Una Canción me trajo hasta aquí”. Jorge Drexler.

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Querido mío:

Hoy recordé nuestro aniversario, uno del que creo solo yo guardo memorias; esa hermosa y calurosa noche de julio en la que vestí de rojo mis carnes y de risas mi alma; aquella en la que estuvimos dispuestos a hacer cualquier cosa que nos hiciera felices porque era nuestro aniversario.

Creo que nunca lo dije pero al llegar al restauran una gran emoción me iba cercando el alma y el toque mágico de nuestras miradas me decía que éramos cómplices en cada instante.

Siquiera el brusco aterrizar que nos dio el momento pudo romper lo especial de la noche. Sabores suaves y sublimes, así lo imagine por días. La comida fue un desastre ¿recuerdas? Y justo cuando pensamos que nada podría ser peor… llegó el postre; lo único sobre lo que no hubo queja fue el frasco con agua que apenas alcanzó a limpiarnos el paladar.

Desastrosa selección para celebrar nuestro aniversario.

Aún con el deseo de retroceder en el tiempo y jamás haber entrado a ese lugar, partimos sin rumbo, al menos eso me pareció. Caminar era lo único que nos quedaba pero a mi poco o nada me importaba dónde porque estábamos juntos y felices. Una pequeña esquina fue nuestro cómplice y sentí que fue el gran amigo que limpió el mal sabor de boca (literalmente) y los malos momentos. Llenó con música el resto de la velada, una que terminó con polvos de hada que nos hicieron volar y olvidar lo vivido solo momentos antes.

Ahora que no hay más aniversarios -ni míos, ni tuyos, tampoco nuestros- me pregunto si habrás sentido igual. Hoy no es nuestro aniversario pero no pude evitar recordar cada detalle de esa noche.

También recordé lo felices que fuimos con extraños apodos y forma de hablar. ¿Alguna vez te di las gracias? Aprovecho y lo hago: GRACIAS QUERIDO MIO, porque sin saber te convertiste en más que “mío” y en mucho más que “querido” . Es bueno saber que no siempre se pierde un amor, en ocasiones se gana un gran amigo.

Con los días descubro que rara vez podemos decidir qué lazos nos unen pero si la forma en la que podemos querernos y respetarnos mas allá de detalles tontos o discusiones estúpidas (aunque se trate de esas de debimos tener).

Gracias!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Con los pies mojados...

Oh! que será, que será
…Que anda en las cabezas
Y anda en las bocas,
que va encendiendo velas
en los callejones…

Será que será
que no tiene certeza
ni nunca tendrá,
lo que no tiene arreglo,
ni nunca tendrá;
que no tiene tamaño

Oh! que será, que será
que vive en las ideas
de los amantes,
que cantan los poetas
más delirantes,
que juran los profetas
embriagados,
que está en las romerías
de mutilados,
que está en las fantasías
más infelices,
los sueñan de mañana
las meretrices,
lo piensan los bandidos
los desvalidos,
en todos los sentidos

Será que será

…Y el mismo padre eterno
que nunca fue allá
al ver aquel infierno
lo bendecirá,
que no tiene gobierno
ni nunca tendrá,
que no tiene vergüenza
ni nunca tendrá
lo que no tiene juicio

“Oh! qué será?” (Fragmento). Chico Buarque

¡¡Cuántas ideas compartidas y reservadas estos días!! He tenido mucho tiempo de reflexión antes de poder plasmar algo definitivo y compartirlo con ustedes. Eva (protagonista del escrito anterior) ha tenido la oportunidad de seguir con su historia, igual que yo.

Siempre me ha llamado la atención la forma en que las personas vienen y van de nuestras vidas. Entran y salen sin que podamos (muchas veces) advertir  lo que hay detrás de tantas apariciones y desapariciones.

Hace unos meses visitaba un restauran en la playa; era hermoso, acogedor, cálido y con aires bohemios tan mágicos que pocos hubieran resistido envolverse en el ir y venir de las olas. Lo más curioso es que lo percibí al volver la semana pasada. El ambiente era tan distinto entonces que resultaba imposible compararlo con el lugar que había conocido solo semanas atrás.

¿Por qué no percibí entonces los detalles que lo hacían tan especial? ¿Era acaso que estaba redecorado, reubicado o readecuado? Nada de eso. La única diferencia era mi disposición, emoción, el interés, la decisión de pasarla bien con la persona más importante: Mimisma.

No hay sensación como la de mojarse los pies mientras se camina por la playa mirando un hermoso atardecer que se torna mandarina -como en escena de película romántica-. Es volver la vista a nuestra condición de isleño y verse acorralados, una vez más, hasta dejar salir el verdadero yo.

Por lo general sufrimos, lloramos, entramos en un estado de desesperación y hasta depresión por la partida de personas de nuestras vidas. El dolor es más grande cuando no parten del mundo físico y sólo lo hacen de nuestras vidas (¡que curioso!).

Esta vez me alegré de que las cosas sean como sean. Decidí agradecer “la liberación de cosas” como diría Facundo Cabral. Rápidamente he comprobado que lo a mi vida ha llegado es mucho mejor que lo despedido. En mi corazón he agradecido las lecciones que me han dejado y he procurado hacer los honores de lugar para nada quedar a deber.

Mojar los pies y limpiar el alma… entiendo que es lo mejor que he podido hacer en este tiempo de ausencia de ustedes y presencia en Mimisma.

¡Gracias por extrañarme!

martes, 17 de agosto de 2010

Eva

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto,
que es un asunto desgraciado.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno,
son como polvo, no son nada.

Tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas,
que les ayude tu alegría,
tu canción entre sus canciones.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

Palabras para Julia (Fragmento). José Agustín Goytisolo.

La voz al otro lado no importaba más que la luz que parecía escurrirse de la bombilla al final del salón, al fin y al cabo era solo otro interesado en tarifas y servicios.

Eva decidió no comentar. No había disponibilidad, la agenda estaba cerrada.

Los pies le dolían. Decidió descalzarse, el contacto con el frío de la cerámica le parecía agradable y jugó con un objeto redondo que encontró mientras contaba las palabras para no parecer grosera con la voz al otro lado. No usar palabras demás o de menos era el secreto para que volvieran a llamar.

Colgó el auricular y se dio cuenta de que aún llevaba consigo el bolso rojo en el hombro y las llaves apretadas entre sus manos. Lanzó al sofá el bolso rojo que llevaba en el hombro y a la mesa las llaves que tenia apretada en sus manos. Poco importaba el lugar, después de todo a nadie molestaría.

Eva meditaba en su nombre siempre que podía. Creía en la predestinación. Pensaba que los nombres dictaban el futuro de las personas, esa era la única razón de que su amiga Alejandra tuviera tan buena estrella para obtener grandes cosas; ella en cambio desde que nació –decía- estaba sentenciada al pecado.

Empujada por el deseo de cambiar la desgracia de suerte que le tocó, volvía en sus pasos y cerraba la agenda para siempre jamás –se repetía de mes en mes-.

Siempre le llamó la atención que la espera parecía normal para muchos, sin embargo a ella le desesperaba.

Eva desesperaba mientras aguardaba por “Adán”, ese hombre que era su media mitad; uno que mordiera la manzana del pecado con ella y, lejos de rechazarla, se fuera a acompañarla al destierro.

Adán era el nombre de una nueva voz al otro lado del teléfono, como por inercia, abrió la agenda y anotó algunos datos mientras calzaba sus desnudos pies.

De un zarpazo cerró la agenda, tomo el bolso rojo del sofá y lo colocó en su hombro, tomó las llaves de la mesa y las apretó en sus manos mientras echaba un vistazo a la luz que languidecía en la bombilla al final del salón.

Decidió partir en busca de su jardín, su fruto prohibido y su Adán.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Saliendo de las comillas

El velo semitransparente
del desasosiego
un día se vino a instalar
entre el mundo y mis ojos.

Yo estaba empeñado en no ver
lo que vi, pero a veces
la vida es más compleja
de lo que parece.

Volví a creer que se tiene
lo que se merece,
la vida es más compleja
de lo que parece.

No quiero que lleves de mi
nada que no te marque.
El tiempo dirá si al final
nos valió lo dolido.

La vida es más compleja de lo que parece (fragmento). JORGE DREXLER -

Al comenzar un escrito lo que más me cuesta son las dos líneas iniciales, esas que me sirvan para “romper el hielo” como en la primera conversación o la decisión de qué preguntar a una persona que parece atractiva para no parecer ansioso u obseso. Las formas, el protocolo, lo correcto según lo que se espera en ciertas circunstancias… que difícil se torna ser espontáneo en nuestros días; hasta la sonrisa es un rictus perfectamente practicado para no excederse o quedarse corto al saludar, despedir o simplemente agradar a alguien.

Después de “romper el hielo” es cuando las cosas se hacen verdaderamente difíciles (aunque no lo parezca). Los rituales nos ganan. El número de citas correctas antes del primer beso, esa es la diferencia entre una relación “seria” o un “encuentro casual”. La rigurosidad en el toque de espalda o apretón de manos marca las distancias en las relaciones; la velocidad y el tono de voz te dicen cuando puedes tomar en serio o no una conversación; una llamada es la diferencia entre “me interesa conocerte” o “eres entretenida (do) pero solo en actos sociales”.

Saber cómo responder es todo un arte. Lo que decimos obedece a las jerarquías, cercanías o distancias que se quiera imponer… en realidad temo que, de continuar, no pueda concluir con los ejemplos.

Las formas toman ribetes peligrosos cuando no sabemos “qué hacer” o cómo “comunicar” las cosas a personas tan cercanas como nuestra propia familia. Llegamos a creer que, lejos de entendernos, se resignan a lidiar con la suerte de hijos o hermanos con los que les ha tocado compartir.

No parece ser coincidencia que la enfermedad de este tiempo sea es “STRESS”. Si no podemos dejarnos fluir con los nuestros ¿con quién entonces?

“Siempre hay espacio a ser auténticos”, solemos escuchar, en cuyo caso nos exponemos a ser vistos como raros (porque desadaptados es difícil de asimilar).

Sea lo que fuere o quien fuere que marque el ritmo de tantas “clasificaciones”, “definiciones’, “conteos”, todolo que sigue y lo que falta (a lo que generalmente llamamos etcétera), absurdos, por demás, pueden decirle que, abiertamente, manifiesto que me disgusta y me atrevo a ir más lejos: no voy a seguir sus trazos… Prefiero ser yo a que alguien más lo sea por mí.

lunes, 2 de agosto de 2010

Me dueles pero te recuerdo!!

Cada uno da lo que recibe
Luego recibe lo que da
Nada es más simple
No hay otra norma
Nada se pierde
Todo se transforma

“Todo se transforma” (fragmento), Jorge Drexler.

Hace muchos años no pocos luchaban por gloria, obtener el honor de ser recordados era el más anhelado deseo. Aun en nuestros días es difícil imaginarse cómo un buen día un pastor decidió abandonar su rebaño y quemar una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, el templo de Artemisa (o Diana como también se conoció), de un momento a otro estaba en llamas sin que nadie se explicara los motivos.

Hizo falta la tortura para arrancar a Eróstrato (hasta ese momento anónimo) los motivos de su extraño accionar. Ser recordado a través de los tiempos fue el único móvil. Después de esto ni una prohibición bajo pena de muerte impidió que fuera citado hasta nuestros días.

En más de una ocasión recientemente he escuchado referencias de este peculiar personaje que fue el motivo de mi reflexión: “un hombre que destruyó una de las 7 Maravillas del Mundo”, así decidió ser recordado.

Antes de Eróstrato y mucho después de él, las personas eligen la forma en la que serán recordadas aunque no mediten las consecuencias; en ese momento solo importa alcanzar la inmortalidad… ser “perpetuados”.

¿Cuánto tiempo le tomó pensar su plan? imaginar la quema, las dimensiones de la misma, lo que lastimaría a los seguidores de la divinidad deshonrada, su propio dolor, la posterior tortura a la que, de seguro sabía, sería objeto; todo eso ocupa espacio. Quizás lo meditó o quizás no; puede que de pronto llegara al él una chispa y, antes de poder medir, ejecutó la acción en un arranque de locura.

¿Será que a Hitler le pasó igual?

Me detengo un segundo más antes del punto final y otros ejemplos están conmigo, Gandhi (¿por qué no?). ¿Qué puede llevar a una persona a estar de uno u otro extremo de la línea que separa los simples mortales de esos perennes de la historia? Nuestras acciones y decisiones son eso: nuestras.

En la historia siempre encontraremos opuestos: Nazis Vs. Judíos, Venezuela Vs. Estados Unidos, Estados Unidos Vs. Irán, Mozart Vs. Salieri (en la versión de Alexander Pushkin) sin que entendamos del todo sus puntos tan opuestos y extremos.

Son muchas las preguntas sin respuesta pero ello no nos hace olvidar la realidad que durante nuestra existencia ha sido más que evidente: cada persona tiene su lugar en el mundo, uno que no necesita pelear, usurpar o arrebatar y que, sin duda, está marcado por las decisiones que toma.

Tiempo después de oír la historia de Eróstrato me enteré de que el incendio coincidió con el nacimiento de Alejandro Magno.

Y tú ¿a quién recuerdas? Hay decisiones que nadie puede tomar por nosotros.


miércoles, 16 de junio de 2010

…Y también dejan cosas buenas

Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto.
Y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu,
para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo.
No menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios
cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con toda su falsía, sus dolores y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!

Desiderata (fragmento), anónimo.

Muchos piensan que el nombre de este blog se debe a cosas que lanzo al aire (viento); La verdad es que después de 14 años expresando lo que pienso a través de la radio me siento más cómoda haciéndolo por esa vía, hablando con la esperanza de que al otro lado las personas escuchen cosas que, muchas veces, son muy personales. Desde entonces, hasta hoy, decir las cosas que llegan a mi mente al escuchar las tonadas de una canción me resulta particularmete emocionante.

Precisamente en ese ambiente no pude dejar de pensar en la gran sonrisa esbozada por mis amigas cada vez que alguien mencionaba lo jóvenes que se veían (contrario a lo que acontecía en nuestra pubertad). Pensé en los masajes rejuvenecedores, cremas anti-edad (porque antiarrugas suena “feo”), en los tratamientos de belleza y las extensas conversaciones sobre los secretos para verse 5 años menores.

“For ever young” (por siempre joven) ¿han reparado en eso? Hormonas ordenando nuestras acciones a su antojo, humores que vienen y van, indecisiones tontas y tantas; prefiero pensar en la hermosura que descubrí en la sonrisa de mi madre y justo la comparé con una foto de su pubertad: bella, cándida, con ilusiones en los ojos. Ahora la veo, otra realidad hay plasmada en ella. La descubro imponente y preciosa, con la seguridad que solo otorgan los años.

Descubrí entonces en mis sienes las canas que, afanosamente, quiso tapar mi peluquera y fue grandioso. Darme cuenta de que afloraba en mi la liberad que llega con la experiencia, era de alguna manera reírme de cuán rápido se purga un desamor, por ejemplo: basta un fin de semana, 1 botella de vino y varias películas con historias rosa.

Los años son maravillosos, no veo razón para ocultarlos o motivo de no ser felices por cumplirlos, sobre todo si con el paso de ellos logramos tener la convicción de haber aprendido a ser “maduros”.

El tiempo ha pasado, canas que han llegado, “mañas” adquiridas, amores, desamores, hechos y deshechos… con ellos he aprendido que cada día debe ser como de ACCION DE GRACIAS (sin ser del vecino país del norte).

Los años son sabios y nos ayudan a vencer miedos y rencores, al fin con ellos logramos conocer al más importante ser sobre la tierra: nosotros mismos.

martes, 8 de junio de 2010

Yo tuve un sueño

Yo lo soñé
y el corazón
me habló de amor
con emoción.

Si vives la magia
de hadas que hacen bien
verás que el futuro
sonríe también.

Creo en angelitos
que la vida linda me hacen ver
y llegaré
yo lo soñé.

Yo lo soñé
no fue ilusión
y me ayudó
en mi aflicción.

Y la fantasía
a la oscuridad
la transforma el día
en una verdad.

Estoy soñando, ABBA

Yo tuve un sueño... De esta forma iniciaba uno de los discursos más grandes de todos los tiempos, una voz planteaba la realización de los deseos más allá del “subconsciente”.

De manera curiosa varios amigos me han contado cosas “tontas” y “exageradas” definidas así solo porque aparecieron mientras perdieron el estado de vigilia. ¿Qué tanto crédito damos a las cosas que “soñamos”?

Hace unos días dormitaba mientras una idea revoloteaba sobre algún extraño sueño que había tenido, de inmediato llamé a los más cercanos y la pregunta era sencilla: si hoy fuera el último día en el que me vieras con vida, ¿Qué me dirías?

Las respuestas fueron tres (solo esas). Mi amigo “A” dijo lo que todos quisiéramos oír: “que eres un ser especial, con grandes cosas que admirar y que guardaré hermosos recuerdos tuyos”… hermoso ¿no?

Mi amiga “Y” más directa: “no seas tan dramática, vive lo que te queda siendo feliz y come tocino”. Sin embargo la respuesta menos esperada resulto la más conveniente.

Si a esta altura se ha olvidado la pregunta, la recuerdo: si hoy fuera el último día en el que me vieras con vida, ¿Qué me dirías?

“E”, siempre con voluntad y palabras tan propias, me dio la respuesta que no cualquiera hubiera deseado pero que, al meditar, era la mejor que alguien puede dar a una interrogante como esa. Solo dijo: “NADA, no hay que pudiera decirte que no lo haya hecho ya”. Ahí detuve mi búsqueda.

Alguien me dijo que soñaba con una cirugía que la dejaría en talla 4, lo dijo la misma persona que tiene depresiones recurrentes porque “nada le queda”. Yo misma soñé que tenia a mi lado un amor tan grande que rebosaba mi corazón y del que podía compartir con todos a mi alrededor porque se leía en mis ojos y ellos no saben mentir.

¿Podemos darnos el lujo de esperar el último momento para manifestar algo, esperar el día final para decir todo lo que queremos decir? creo que bien vale el esfuerzo para hacerlo diferente, es mejor que esperar soñar para vernos delgados o que el amor nos llene, solo en sueños, y que solo ahí lo entreguemos sin medidas.

Yo tuve un sueño, así iniciaba un discurso sobre una visión de futuro, poderoso por demás. En esta ocasión podemos hacer más que soñar porque se trata de nuestra vida. Puede sonar a slogan de campaña pero es la realidad… “EL FUTURO ES AHORA Y ES NUESTRO”

Ojala pudiéramos quedarnos con la visión de libertad frente al destino del amigo de la Barca y vivir como si de verdad se tratara de un sueño y mientras vivimos nos dedicáramos a eso… A SOÑAR, QUE LA VIDA ES SUEÑO Y LOS SUEÑOS…

jueves, 20 de mayo de 2010

Así son los momentos…

A ti que frente al mar te crecen alas
y sin más nubes en tus sueños va lloviendo la esperanza
A ti que un simple beso es un milagro
y sin golpes en el pecho ya te sientes perdonado
A ti que hay mil razones que te hacen feliz
A ti que para amar siempre has dicho que si
A ti que eres el bueno de los buenos
la mano que se extiende y llega al cielo…

Vive que la vida te sonríe,
que te da los buenos días
aunque llueva o se te caiga el mundo encima,
Vive que la vida es una sola,
aunque guardes bajo llave los papeles
que aseguren tu parcela allá en la gloria

Vive que de muerto solo sirves
pa' los cuentos de los vivos, esos mismos que no te dejan crecer
Vive, toma y deja que la vida no es tronco
al que se tira y se recoge, del que debemos aprender

“Vive” (fragmento), José Antonio Rodriguez.

¿Cuántas veces nos hemos visto al borde de la angustia total y decidimos no lanzarnos? Han de ser más en las que vemos de cerca la felicidad.

En una fila, mientras aguardamos ser atendidos, solo nos queda desesperar hasta que llegue "nuestro turno", pensamos cualquier cantidad de cosas y es imposible apartar de nuestra mente la felicidad que sentiremos al  ser atendidos por el dependiente, cuando nos cambien el cheque -por citar un ejemplo-,  pensamos que la felicidad llegará después de ese glorioso momento pero lo retrasamos hasta que  logremos cubrir los pagos... cuando compremos lo necesario, cuando completemos los ahorros y con ellos nuestros sueños… así seguimos solo para descubrir que estamos nueva vez en la fila aguardando “nuestro turno”.

Así es como llega el momento que pudiéramos disfrutar y que no hacemos solo por estar inmersos en buscar el que viene. Los pequeños puntos de felicidad se nos escurren sin que demos crédito a las pequeñas grandes alegrías que pueden llenarnos.

Si bien dicen que no existe una vida feliz sino una vida con momentos felices que contribuyen a esa sensación, la responsabilidad es solo nuestra. Está en nuestras manos distinguir, aprovechar, disfrutar... SER FELICES.

“Los pequeños detalles cuentan!”… ¿Cuántas veces lo habremos escuchado? ¿Los contamos? ¿Cuánto cuentan para nosotros? 

martes, 4 de mayo de 2010

Mi libertad!

Hoy voy a cambiar
revisar bien mis maletas
y sacar mis sentimientos
y resentimientos todos
hacer limpieza al armario
borrar rencores de antaño
y angustias que hubo en mi mente
para no sufrir por cosa tan pequeñitas
dejar de ser niña...
para ser mujer.
hoy voy a cambiar
sacar a luz mi coraje
entregarme a lo que creo
y ser siempre yo sin miedo
bailar y cantar por hábito
y ver claro en vez de oscuro
desarraigar mis secretos
dejar de vivir, si no es por vivir la vida
que grita dentro de mi... mi libertad
Hoy voy a cambiar
salir dentro de mi no ser solo corazón
dejar y parar fracasos
...porque soy mujer,
con todas las incoherencias que nacen en mi
fuerte, sexo débil.

"Mudanzas" (fragmento). Guadalupe Contreras Ramos(Lupita D'Alessio)

Después de semanas de ausencia me parece prudente ponerles al tanto. Hace poco decidí separarme del lar paterno. El dolor del silencio nos sobrecogió a todos sin que pudiéramos manifestarlo. Hube de irme.

Mi madre decía “ya es tiempo”, mi padre “no veo el motivo”. De mi madre separada por un océano y de mi padre por apenas un río, ahora, en ambos casos, solo detrás del auricular me recuerdan que aun soy pequeña ante sus ojos.

En las noches me abruma el silencio de la soledad, el canto de grillos que no logro reconocer, los vecinos poco afectuosos de un sector del todo nuevo para mí. Fue mi decisión, mi elección, mi gusto.

Recordé por completo un “mail masivo” que circula desde 2007 titulado "El Vuelo de las Águilas; Renovarse o Perecer". Las águilas: tan majestuosas, imponentes y desafiantes, confinadas a la soledad y dependiendo de su resistencia al dolor, a los golpes que debe propinarse para arrancarse el pico, sus uñas… sus plumas. "Ellas reconocen los signos y se responsabilizan de su supervivencia y se renuevan a si mismas".

En la frialdad del trayecto vespertino, un murmullo: “hurtadores merodeaban”, “forzaron una cerradura”. Era en mi edificio. Todos se reunen en torno a la agraviada, se suman las voces de solidaridad, de espaldarazos, ella no está sola… que bien.

Al cabo de unos minutos todos se han ido, todos en sus esquinas haciendo su vida habitual; yo no soy la excepción… la hora marca el ritmo siempre agitado de nuestros días y noches.

Mi decisión no es tan “divertida”. Hacer tienda aparte también acarrea riesgos.

Los grillos me seguirán arrullando, mi padre y mi madre aconsejando y yo, desde mi libertad, pensaré en ti igual que siempre, con más fuerza que ayer, extrañaré tu protección y el cobijo de tu abrazo.

martes, 30 de marzo de 2010

Ensamblo mi guión

¿Por qué hay estrellas que brillan
pero no se ven…
…Y existe gente que nunca llego a
conocer
aunque los pueda ver?
son los azules heridos del amanecer
se desprenden del cielo, arañándome... arañándote

Hay un universo
de pequeñas cosas
que solo se despiertan
cuando tu las nombras
Todo lo que es bello
está esperando tu mirada
tengo una caricia
que sin ti se me derrama

Hay un universo
hecho de pequeñas cosas
que vuelan sobre tu cabeza
si las soplas
Hay atardeceres
que no acaban de ponerse
hay un mar entero
resumiéndose en tu boca

…Por eso ven a ver conmigo el sol aquel
de plata salpicándonos los mares...
de pequeñas cosas.

Hay un universo
de pequeñas cosas
en el que los amargos
trenzan flores
pa' adornar fronteras.
Hay una mirada
que susurra a mis espaldas
cuando los secretos
o se dicen o
se callan.

“Hay Un Universo De Pequeñas” (fragmento), Alejandro Sanz.

En estas semanas de silencio he visto muchas cosas e ignorado otras (por voluntad en ocasiones).

En este trayecto al que llamamos vida, aprendemos muchas cosas a fuerzas de tropiezos (amargos unos, dulces otros); aprendemos que somos dueños de nuestro destino por lo que podemos reescribirlo en el preciso instante en que nos plazca.

Estos días –debo admitir-, mis piernas han temblado, mi corazón se ha llenado, vaciado y vuelto a llenar. Mientras escribo mis manos tiemblan y mi corazón tiene movimientos que ni yo conocía. Por momentos me sorprendo llorando y me excuso con “Migomisma” diciendo que ha sido el maquillaje, cuando en realidad nada ha pasado por ellos a no ser mi propio dolor.

La ironía ya no puede ocultar el dolor de mi corazón, el sarcasmo ya no es una opción… ahora solo somos estas teclas, con un silente reclamo para que escriba, y yo; sin canciones para la introducción, sin nadie que me diga que hacer o escribir, con calor en la piel y frio en el alma.

Pero las canas de mis sienes (prematuramente aparecidas) me hacen pensar en que cambiamos los patrones y hasta cortamos moldes para hacerlos a la medida; desechamos medias páginas de palabras grandilocuentes y conceptos rebuscados porque hasta de eso se cansa el alma.

Hoy me centro en la grandeza que encontramos en expresar los verdaderos sentimientos, la de reconocer los errores, de escribir el libreto pero también dirigir las escenas y ser los realizadores, hacerlo todo sin olvidar enmarcar con una excelente fotografía nuestro filme. Ese, y no otro, debe ser nuestro proyecto, a fin de cuentas se trata de los colores que adornarán nuestra propia existencia y merecen todo nuestro esfuerzo.

martes, 2 de marzo de 2010

Portada y contenido

Ven a buscar
el misterio de lo cotidiano
tan cerca y tan lejos está
las delicias que voy a ofrecerte
no puedes comprar.

Y déjame entrar
en tu casa ventanas abiertas al viento
que de par en par
te descubran secretos a voces
por casualidad.

Ven, probarás
a romper el hechizo continuo y profundo
y al fin abrirás
la prisión de tus ojos viajeros perdidos.

Y ves
que escondido entre sombras
como un nido de alondras
como un juego de niños
pequeños detalles te harán renacer.

Y aunque nadie los nombra
si te faltan te asombras
como un rayo de luz
rompen la oscuridad.

El placer de soñar
bendición del durmiente
con celo y esmero se debe sembrar
de felices presagios
de azúcar y pan.

Y el embrujo de amar
sortilegio diario que cruza los tiempos
y que hay que endulzar
con la miel de los besos cautivos
preciado manjar.

“El misterio de lo cotidiano”. Presuntos Implicados

En el mes que recién finaliza cosas nos han pasado y en esta ocasión no quiero tocar los aspectos negativos, como el de jóvenes que entienden que Juan Pablo Duarte es una calle comercial o un hombre que luchó contra el trujillismo (todos ellos dominicanos). Enfoquemos los aspectos agradables como el de haber visitado en más de dos ocasiones (y por gusto) una librería y sus estantes. Era más que la curiosidad por las cafeterías del interior o los alrededores, se convirtió en un verdadero paseo, como el de nuestros padres en atardecer de domingo por los parques y sus gentes.

Decidí comprar libros (placer poco común en estos días), sentí el impulso de llamar a mis amores y algunos desamores, el deseo se materializó. Como si estuviese en la ruta de los grandes diseñadores, en cada espacio veía la cara de alguien que podría aprovechar mi visita: en ese de la izquierda los clásicos para “La Beba”, en el fondo música para los amigos, a la derecha los de psicología para compañeros y mi gusto propio… a todos los sentía cerca.

Mis ojos se pasearon por portadas no conocidas (muchas) y me detuve en el peculiar oteo de un señor con una complicada forma de selección: miraba los colores de las portadas –me parecía- y ponía especial atención en la tipología usada en la impresión; muchos quedaron fuera por la extraña discriminación.

Como era de esperar comencé a observar que, con pequeñas diferencias, todos discriminábamos (debo incluirme porque tenia el mismo modus operandi) al momento de seleccionar entre variada opción que ofrecía el establecimiento. Dejábamos de lado las cosas que “no encajaban en el perfil”.

Un titulo recomendado llegó a mi cabeza, busqué y contemple, no pude encontrarlo con mi arbitraria discriminación de formas y colores, fue inútil. Me hago auxiliar de un joven que de manera amable señala un rincón de esos que no tienen rostro sugerido en sus títulos, no se me hubiera ocurrido buscar allí, con solo acercarme -!EUREKA!- ahí estaba esperando por mí.

No pude más que pensar “¿Cuántas veces nos habremos cruzado con malos títulos, llenos de buenos contenidos? Pero los dejamos por los colores de la portada, el tipo de letra o porque no estaba en el anaquel en el que buscamos… sabrá Dios cuantas tonterías más”.

Entendí, a partir de ese momento, que más allá de las apariencias, el contenido puede ser interesante sin importar la portada que podamos percibir.

viernes, 12 de febrero de 2010

Tambien el estribillo y su final con beso...

Tú, sigues a mi lado,
tú confías en mí,
tú dices la verdad
y prometes que habrá
un final con beso.

"Los buenos tiempos", (fragmento, estribillo). Presuntos Implicados

En su cabeza una canción de Sinatra, mágico como siempre, con luces de cirios. No se decidía y revoloteaba entre Aznavour, Piazzolla y María Bethania, con tanta imaginación como emoción.

El clima era perfecto, un día difícil pero prometedor.

En el reloj las 4 PM, buscaba cualquier pretexto para llamarle, sería sólo un momento después del trabajo; su compañía era lo único que necesitaba para completar la sinfonía en su cabeza.

Las 4:18, por fin suena, en la pantalla su nombre; al otro lado la voz señalaba las 6, la hora perfecta para aliviar las cargas. "Si" fue su respuesta, no quería admitirlo pero era justo lo que quería escuchar.

Nueva vez el sonido, la pantalla con su nombre, -llegué por ti- escuchó al otro lado, sin comprender del todo el significado de la frase, su respuesta fue automática: "cinco minutos".

Miró sus ojos y sonrió con los suyos, acordaron un lugar, el menú, incluso antes de llegar. El vino llego después. Una tras otra las copas se llevaron las presiones de un día, de dos, de la semana. Se volvieron cómplices sin necesidad contratos firmados. Hablaron largamente, se expresaron libremente.

El momento hizo olvidar distancias, se abrazaron sin tocarse.

Y fue un instante, tan solo eso, un pequeño instante en el que sus labios no encontraron más palabras que usar como excusa y se fundieron en un beso.

A San Valentín el honor!!

lunes, 8 de febrero de 2010

Justo a las puertas

Volverán los buenos tiempos,
vencerán las ilusiones,
pasaran estos momentos.

Tantas son las cosas de esta vida caprichosa
y vas a ver que ahora de verdad vendrá lo bueno.

Ese es el misterio de la luz
hoy alumbra lo de allí y oculta lo de aquí.

Regresara a este mundo pequeño
como anuncia tu sueño.

Volverán los buenos tiempos con el mundo
y con el hombre, nos reconciliaremos gracias
a los juegos de los niños y a recuerdos que
cosecharemos con la ayuda de un buen viento.

“Los buenos tiempos”, (fragmento) Presuntos Implicados

Con más ritmo en el alma (ya casi danza) he vuelto a escribir. En esta ocasión nueva vez las dudas (nunca las mismas).

Ante una interrogante lo normal es encontrar respuestas más temprano o un poco después (eso es lo que siempre nos dicen). Suponemos que cuando llega la epifanía la felicidad vuela en el aire con los colores de jardines en primavera, que pasan las nubes y el cielo queda limpio de toda culpa y pocas cosas son tan ensordecedoras como el silencio del momento (como en poema de Benedetti). Entonces es cuando disfrutamos de su armonía como lo haríamos con la música pero (lo siento… hay un pero) en ocasiones no podemos evitar sentirnos peor que al inicio… mientras aún vemos resbalar las gotas de agua por la cristal.

Dispuestos a iniciar una nueva senda, “hacer las cosas diferentes”, aceptar la vida “con una nueva visión” (es aquí cuando estrenamos lentes), ahí esta el muro, otra vez la duda, ¿Seremos felices?

Estoy conciente que en ocasiones soy algo egoísta (me lo han dicho), la queja es que pocos logran descifrar de qué hablo en verdad. En esta ocasión trataré de ejemplificar un poco y no se me ocurre uno mejor que el edén: la tierra prometida, esa es la que aparece mientras se camina por el desierto pero la vemos y volteamos en otra dirección, diferente rumbo, nos alejamos tanto como podemos y un poco más. Ya hemos visto tantos espejismos que todo pierde emoción y es imposible pensar en una decepción mayor . El dolor, esa aprehensión en el corazón, te detiene justo en las puertas de lo que puede ser grandioso.

Muchas veces debemos ir más allá de lo que buscamos, es importante tener coraje y tomar los riesgos de un nuevo error. Por imposible que puedea parecer, aún en esos momentos somos dueños de nuestros actos, un paso a la vez (me lo digo a “Mimisma” a menudo), lo único que necesitamos es determinación.

Cuando se trata de nuestros anhelos bien vale enfrentarnos a la duda, a la posibilidad de una negativa experiencia, aunque de momento no entendamos.

“Que no sea infinito puesto que es llama pero que sea eterno mientras dure”, son versos de Vinicius de Moraes para acercarse a la realidad que envuelve el amor (aplicable a muchos otros ámbitos)… Me quedo con lo último, prefiero pensar que será eterno mientras dure.

Me parece que queda mejor logrado en estos versos:
“Quien lo diría, los débiles de veras no se rinden…
…Llueve sin ruido pero bajo el paraguas funciona el beso…
…La poesía dice honduras que a veces la prosa calla”.

Tomado de “Los Apagones” de Mario Benedetti.

lunes, 1 de febrero de 2010

Ya lo entiendo... y el mar que me rodea!

Dime, ¿qué tiras al agua?
Un público desconsuelo
y una secreta esperanza.
Lágrimas que no son mías,
recuerdos y madrugadas;
remordimientos antiguos,
palabras..., muchas palabras
que por dichas, no conviene
recordarlas...
Y tú, ¿qué tiras al agua?

Trabajos mal terminados,
canciones inacabadas,
nombres de malos amigos,
dudas y dos o tres cartas
malamente concebidas
y escritas enhoramala...
Dime, ¿qué tiras al agua?

Silencios, muchos silencios,
desgracias, muchas desgracias,
desabridas actitudes,
iras injustificadas,
tiempo inútil perdido,
deudas que nunca se pagan,
tristezas no comprendidas,
hambres, miserias humanas,
vergüenzas inconfesables,
limosnas no confesadas,
consejos paternalistas,
éxodos de casa en casa,
y una desconsoladora sensación
dentro del alma.
Y tú, ¿qué tiras al agua?

Desatinos, desacuerdos,
mentiras innecesarias,
traiciones no cometidas,
promesas no consumadas,
falsos credos, diferencias,
hipócritas alabanzas,
prejuicios imperdonables,
conclusiones temerarias,
resentimientos oscuros,
frases desafortunadas.
Mi vida, mi vida entera,
¡Mira cómo se la lleva el agua!

"Dime, ¿Qué tiras al agua?".  Alberto Cortez


Como isleña con alma acorde a mi condición y el corazón volcado en responder a otro continente, inicié la jornada de labores este lunes. La prensa solo reseña notas pesimistas y en las pocas positivas es muy obvio el ánimo de publicidad. Lejos de dejarme vencer por el desanimo -en lunes de cielo radiante- pienso en observar el estado de mi libertad (por el momento condicional).

Oportunidades tenemos de comprar, guardar, usar, almacenar y desempolvar artículos del hogar, ropa, zapatos y hasta sentimientos (con sus excepciones). Cuando se trata de tirar somos un tanto más cuidadosos; buscamos razones que sirvan de excusa para no deshacernos de lo adquirido: cambiamos de nombre, lo guardamos en lo más apartado de nuestro ser con la esperanza que desaparezca del alma cuando los ojos no lo perciban, volvemos en nuestros pasos buscando componer los pedazos de alma, finalmente nos escondemos de nuestro propio reflejo.

“Una porción de tierra rodeada de agua por todos lados”, definición de isla. Suelo pensar que no solo aplica a zonas terrestres, me dejo claro que nos marca, nos define, nos limita. Pero no todo es tan oscuro, el agua lava, purifica y hasta deshace las cosas irremediablemente arraigadas, odiosamente inseparables.

Es por todo eso que al sentarnos frente al mar, como un espejo, vemos nuestra cara oculta, imposibilitados de esconder recuerdos o escondernos de ellos; estar de frente al mar es aceptar lo que puede ser o dejar de ser. ¿Dónde está el océano?

Si hay un dejo de nostalgia en mis líneas es que he logrado ocultar el resto para no contagiar o preocupar. Estoy frente a un inmenso mar y me muestra más que agua, más que azul, más que horizontes intocables. Ahora es cuando decido qué tiro al agua... Y tú, ¿Qué tiras al agua?

miércoles, 20 de enero de 2010

Prisión por decisión

Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.
Todo esta listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.

Si le falta usted
a un mundo enfermo y con canas,
quién va a hacerle la cama
y quién le peinará la frente
y quién le lavará la cara.
Si falta su risa
para echarlo a andar.
Venga conmigo y el gallo a cantar

Canción Infantil (fragmento), Joan Manuel Serrat.

Una vez más frente al computador con el deseo de llevar alguna cosa vivida o de las que simplemente ocupan o preocupan.

Sonidos bordean el ambiente, el ruido no me deja escuchar mis propios pensamientos, situación cada vez más frecuente en todos los lugares. Trato de enfocarme. Busco un espacio donde refugiarme porque necesito desesperadamente escribir. Suena el teléfono... Carlos llama -amigo con increíble capacidad para animar mis días-, temas pendientes varios, algunos agradables, otros no tanto.

Yali recuerda el compromiso de medio día; agendo cada segundo para cumplir todos los compromisos contraídos. Las noticias internas y externas me sacuden, mis compañeros me comunican sus inquietudes… es inútil, nada logro escribir para el blog.

Pienso en gente a la que recurro en caso de inercia, imposible comunicarme. Sigo mi incesante búsqueda de una musa que me ayude a cumplir con el compromiso de los jueves.

Eureka!! Descubierto he las razones de mi falta de inspiración: “Mímisma”. Por difícil que me pueda parecer llego a la terrible conclusión de que estoy “encerrada” por decisión propia.

Las razones que ahora me retraen o abstraen son las mismas que otrora fueron el motor que me movieron, entonces recordé las “tardes mandarinas y sus menjurjes” (les remito al primer artículo del blog).

Advierto que de manera individual tenemos la capacidad de movernos o detenernos. Podemos tomar las llaves pero si no la introducimos en el justo lugar que acciona el encendido y además la giramos, poco o nada es lo que haremos.

Para seguir con el símil vehicular, pisar el acelerador es una decisión que nos atañe. Aunque no estamos solos en el recorrido, somos conductores y como tal recae en nosotros la decisión de hacia dónde virar, mantener el rumbo y fijar el destino.

Después de varias horas con la intención de librarme quien sabe de que, llegué a la osadía de plantearme que hay prisiones que son opcionales, tenemos las llaves en las manos, no hay guardias que impidan la libre circulación y con todo nos quedamos en la ventana, solos y observando, inmovilizados por nuestra propia voluntad.

viernes, 15 de enero de 2010

Dar hasta que duela!!

Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevo el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón...
...Y hablo de países y de esperanzas
Y hablo por la vida, hablo por la nada
Y hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar nomás...
Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón...

Yo vengo a ofrecer mi corazón (fragmento), Fito Paez.

Poco alcanzan mis manos a escribir, en ocasiones el silencio es más elocuente (hasta necesario) y las acciones obligadas.

En este encuentro prefiero no contar las cosas que he vivido o visto. En lugar de esto unas escuetas palabras que espero que sirvan para que sepamos que las manos y los corazones necesitan unirse para dar aliento y alimento a los cuerpos y las almas.

Hay quehacer... hagamos!!

miércoles, 6 de enero de 2010

¿Cargados o recargados?

Se acabó,
el Sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Fiesta (fragmento), Joan Manuel Serrat

Después de unos días de tranquilidad, retiro espiritual, lectura de temas varios y situaciones muchas, me he encontrado con personas a las que he invitado a este blog y el “feedback” ha sido “de lo más sin embargo” (para usar una expresión mía), es la que uso para decir que son cosas entretenidas y agradables.

Por ejemplo, la siempre agradable, Nereyda Castillo me preguntó si mi blog hablaba de zapatos, de la vida o de la vida sin zapatos (cosa imposible de pensar para mí). Debo hacer un aparte para recomendar su blog que, aunque no habla de zapatos, es muy útil: lavidasimpleconnereyda.blogspot.com

Otro amigo comentaba que las cosas que escribo no se parecen a mí, a él el honor de colgar mi foto para que al menos tuvieran una idea "mimisma" (como suelo llamarme)… por Dios!!. En realidad lo que quiero es dar gracias mil a los que como Ezequiel siguen el blog y me comentan las impresiones que de él se llevan cada semana, por cierto es otro blog interesante: ezequielmendez.info

A lo nuestro.

Es increíble la cantidad de cosas que hacemos para iniciar el año de una forma “diferente”, en mi caso y guiándome de l@s expertos he comido uvas para esperar el año nuevo (con los doce deseos CLARO), 21 deseos más escritos y quemados para que las cosas marchen en orden divino en lo personal, para los allegados y el mundo (siete a cada uno); pasee las maletas para que la vibra de los viajes se activara este 2010 y ¡claro está! los zapatos que deseo llevar a esos lugares dentro para que se “carguen” también.

El incienso para la casa (imposible de olvidar), el atuendo verde (según mi signo zodiacal) con algo amarillo para, junto a mi madre y en la distancia, seguir nuestra tradición personal. Abrazos y llamadas muchas para que los queridos queden cerca de nuestro corazón estos 365 días; ver salir el sol para que se nos iluminen los caminos. Tendrán que perdonarme los amigos del karaoke al que dos años ha de mi abandono (segura de que entenderán). Ups! Casi olvido el agua perfumada a la entrada de la casa para perfumar los caminos que voy a recorrer (con pétalos de rosas como merezco).

También hice mi lista de propósitos para este ciclo (libras menos, libros más, estudios varios y amigos pocos PERO BUENOS).

Con todo esto tendré cubierto todos los flancos y resguardada la suerte, eso fue locura de una noche de invierno… el resto del año en mi caribeño terruño el plan es seguir al pie de la letra los consejos de mi madre amada. Ella me dijo muchas veces que “la suerte nada significa y nada vale si no la acompañas de la voluntad, un corazón limpio, tenacidad y mucho trabajo” ese es ritual que no faltará ni un solo día de este período. Que sea venturoso y próspero para todos es mi deseo.