miércoles, 16 de junio de 2010

…Y también dejan cosas buenas

Sé sincero contigo mismo,
en especial no finjas el afecto.
Y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu,
para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo.
No menos que las plantas y las estrellas,
tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios
cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con toda su falsía, sus dolores y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!

Desiderata (fragmento), anónimo.

Muchos piensan que el nombre de este blog se debe a cosas que lanzo al aire (viento); La verdad es que después de 14 años expresando lo que pienso a través de la radio me siento más cómoda haciéndolo por esa vía, hablando con la esperanza de que al otro lado las personas escuchen cosas que, muchas veces, son muy personales. Desde entonces, hasta hoy, decir las cosas que llegan a mi mente al escuchar las tonadas de una canción me resulta particularmete emocionante.

Precisamente en ese ambiente no pude dejar de pensar en la gran sonrisa esbozada por mis amigas cada vez que alguien mencionaba lo jóvenes que se veían (contrario a lo que acontecía en nuestra pubertad). Pensé en los masajes rejuvenecedores, cremas anti-edad (porque antiarrugas suena “feo”), en los tratamientos de belleza y las extensas conversaciones sobre los secretos para verse 5 años menores.

“For ever young” (por siempre joven) ¿han reparado en eso? Hormonas ordenando nuestras acciones a su antojo, humores que vienen y van, indecisiones tontas y tantas; prefiero pensar en la hermosura que descubrí en la sonrisa de mi madre y justo la comparé con una foto de su pubertad: bella, cándida, con ilusiones en los ojos. Ahora la veo, otra realidad hay plasmada en ella. La descubro imponente y preciosa, con la seguridad que solo otorgan los años.

Descubrí entonces en mis sienes las canas que, afanosamente, quiso tapar mi peluquera y fue grandioso. Darme cuenta de que afloraba en mi la liberad que llega con la experiencia, era de alguna manera reírme de cuán rápido se purga un desamor, por ejemplo: basta un fin de semana, 1 botella de vino y varias películas con historias rosa.

Los años son maravillosos, no veo razón para ocultarlos o motivo de no ser felices por cumplirlos, sobre todo si con el paso de ellos logramos tener la convicción de haber aprendido a ser “maduros”.

El tiempo ha pasado, canas que han llegado, “mañas” adquiridas, amores, desamores, hechos y deshechos… con ellos he aprendido que cada día debe ser como de ACCION DE GRACIAS (sin ser del vecino país del norte).

Los años son sabios y nos ayudan a vencer miedos y rencores, al fin con ellos logramos conocer al más importante ser sobre la tierra: nosotros mismos.

martes, 8 de junio de 2010

Yo tuve un sueño

Yo lo soñé
y el corazón
me habló de amor
con emoción.

Si vives la magia
de hadas que hacen bien
verás que el futuro
sonríe también.

Creo en angelitos
que la vida linda me hacen ver
y llegaré
yo lo soñé.

Yo lo soñé
no fue ilusión
y me ayudó
en mi aflicción.

Y la fantasía
a la oscuridad
la transforma el día
en una verdad.

Estoy soñando, ABBA

Yo tuve un sueño... De esta forma iniciaba uno de los discursos más grandes de todos los tiempos, una voz planteaba la realización de los deseos más allá del “subconsciente”.

De manera curiosa varios amigos me han contado cosas “tontas” y “exageradas” definidas así solo porque aparecieron mientras perdieron el estado de vigilia. ¿Qué tanto crédito damos a las cosas que “soñamos”?

Hace unos días dormitaba mientras una idea revoloteaba sobre algún extraño sueño que había tenido, de inmediato llamé a los más cercanos y la pregunta era sencilla: si hoy fuera el último día en el que me vieras con vida, ¿Qué me dirías?

Las respuestas fueron tres (solo esas). Mi amigo “A” dijo lo que todos quisiéramos oír: “que eres un ser especial, con grandes cosas que admirar y que guardaré hermosos recuerdos tuyos”… hermoso ¿no?

Mi amiga “Y” más directa: “no seas tan dramática, vive lo que te queda siendo feliz y come tocino”. Sin embargo la respuesta menos esperada resulto la más conveniente.

Si a esta altura se ha olvidado la pregunta, la recuerdo: si hoy fuera el último día en el que me vieras con vida, ¿Qué me dirías?

“E”, siempre con voluntad y palabras tan propias, me dio la respuesta que no cualquiera hubiera deseado pero que, al meditar, era la mejor que alguien puede dar a una interrogante como esa. Solo dijo: “NADA, no hay que pudiera decirte que no lo haya hecho ya”. Ahí detuve mi búsqueda.

Alguien me dijo que soñaba con una cirugía que la dejaría en talla 4, lo dijo la misma persona que tiene depresiones recurrentes porque “nada le queda”. Yo misma soñé que tenia a mi lado un amor tan grande que rebosaba mi corazón y del que podía compartir con todos a mi alrededor porque se leía en mis ojos y ellos no saben mentir.

¿Podemos darnos el lujo de esperar el último momento para manifestar algo, esperar el día final para decir todo lo que queremos decir? creo que bien vale el esfuerzo para hacerlo diferente, es mejor que esperar soñar para vernos delgados o que el amor nos llene, solo en sueños, y que solo ahí lo entreguemos sin medidas.

Yo tuve un sueño, así iniciaba un discurso sobre una visión de futuro, poderoso por demás. En esta ocasión podemos hacer más que soñar porque se trata de nuestra vida. Puede sonar a slogan de campaña pero es la realidad… “EL FUTURO ES AHORA Y ES NUESTRO”

Ojala pudiéramos quedarnos con la visión de libertad frente al destino del amigo de la Barca y vivir como si de verdad se tratara de un sueño y mientras vivimos nos dedicáramos a eso… A SOÑAR, QUE LA VIDA ES SUEÑO Y LOS SUEÑOS…