el viento cambio,
y una canción me trajo hasta aquí.
No fue más que un signo sutil
que luego creció,
y una canción me trajo hasta aquí.
Antes, antes en aquel otro mundo distante,
tiempos de otro cantar.
Lejos, lejos con la mirada en otros espejos,
sin darme cuenta un día eche a andar.
Con un entusiasmo infantil
que dura hasta hoy,
una canción me trajo hasta aquí.
Fui dejando versos detrás
renglón a renglón,
una canción me trajo hasta aquí.
Antes, antes en aquel otro mundo distante,
tiempos de otro cantar.
Lejos, lejos con la mirada en otros espejos,
sin darme cuenta un día eche a andar.
“Una Canción me trajo hasta aquí”. Jorge Drexler.
---
Querido mío:
Hoy recordé nuestro aniversario, uno del que creo solo yo guardo memorias; esa hermosa y calurosa noche de julio en la que vestí de rojo mis carnes y de risas mi alma; aquella en la que estuvimos dispuestos a hacer cualquier cosa que nos hiciera felices porque era nuestro aniversario.
Creo que nunca lo dije pero al llegar al restauran una gran emoción me iba cercando el alma y el toque mágico de nuestras miradas me decía que éramos cómplices en cada instante.
Siquiera el brusco aterrizar que nos dio el momento pudo romper lo especial de la noche. Sabores suaves y sublimes, así lo imagine por días. La comida fue un desastre ¿recuerdas? Y justo cuando pensamos que nada podría ser peor… llegó el postre; lo único sobre lo que no hubo queja fue el frasco con agua que apenas alcanzó a limpiarnos el paladar.
Desastrosa selección para celebrar nuestro aniversario.
Aún con el deseo de retroceder en el tiempo y jamás haber entrado a ese lugar, partimos sin rumbo, al menos eso me pareció. Caminar era lo único que nos quedaba pero a mi poco o nada me importaba dónde porque estábamos juntos y felices. Una pequeña esquina fue nuestro cómplice y sentí que fue el gran amigo que limpió el mal sabor de boca (literalmente) y los malos momentos. Llenó con música el resto de la velada, una que terminó con polvos de hada que nos hicieron volar y olvidar lo vivido solo momentos antes.
Ahora que no hay más aniversarios -ni míos, ni tuyos, tampoco nuestros- me pregunto si habrás sentido igual. Hoy no es nuestro aniversario pero no pude evitar recordar cada detalle de esa noche.
También recordé lo felices que fuimos con extraños apodos y forma de hablar. ¿Alguna vez te di las gracias? Aprovecho y lo hago: GRACIAS QUERIDO MIO, porque sin saber te convertiste en más que “mío” y en mucho más que “querido” . Es bueno saber que no siempre se pierde un amor, en ocasiones se gana un gran amigo.
Con los días descubro que rara vez podemos decidir qué lazos nos unen pero si la forma en la que podemos querernos y respetarnos mas allá de detalles tontos o discusiones estúpidas (aunque se trate de esas de debimos tener).