martes, 7 de agosto de 2012

Eva escribía!!


No te dejará dormir este estrépito infinito
que intenta llenar los días de tinieblas y enemigos.
Una estruendosa jauría se empeña en hacer callar
las preguntas, los matices, el murmullo de ojalás.

Ruido de conversos que, caídos del caballo,
siembran su rencor perseguidos por sus pecados.

Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.

Si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza.

Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto,
de la luz de tu utopía, que tu voz tape este estruendo.

"Si se callase el ruido" (fragmento). Ismael Serrano
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Eva avanzaba entre luces y sombras, por lugares extraños, rodeada de gente pero sola.

Se sentó de pronto en el viejo banco del parque, el mismo que tanto recuerdos le trajo antes y que ahora buscaba solo como apoyo del silencio que necesitaba. Pensaba mucho, demasiado quizás.

Abrió entonces su libreta de apuntes. Sangría antes de iniciar un párrafo, mayúscula -por supuesto-. Un breve esbozo de sus ideas, una premisa con punto seguido. Otra corta oración. Punto aparte.

Otra sangría, cuidadosa caligrafía, tildes bien marcadas. Las palabras corrían por su papel como las horas en aquella banca oxidada.

Eva titubeó un segundo. Apretó su pluma, prosiguió la escritura. Otra pausa. Nueva vez movió la pluma, acomodó su blusa, miró sus zapatos gastados de tanto caminar, sintió aquel cilindro de tinta azul resbalar y volvió a acomodarlo.

Su pensamiento se alejaba de lo escrito como si evitara escribir la siguiente oración pero al final lo hizo, abrió ese paréntesis que tanto trabajo le costó, sobre el que tanto meditó...

Eva siguió escribiendo dentro de él (ahora sin pensar en el final de la historia); aquel signo era lo que necesitaba para alejarse de su relato de una historia bien hecha pero mal contada, complicada y dolorosa.

Un paréntesis que marcaba el inicio de una historia distinta...

Esta vez no pensó en la lluvia, en el límite del mar, ni en el momento de poner un punto final.

Eva escribía, nueva vez escribía.



viernes, 3 de agosto de 2012

Intermezzo...



Dame de tu tiempo y despejo los caminos para hacerlos bellos a tu paso.
Dame de tus sueños y prometo mullirlos como algodón.
Dame de tu espacio y me acurruco en una esquina del corazón.

Dame de tus pasos y prometo acompañarte en el silencio y el abrazo,
entender los caprichos de los días lluviosos...
Dame tu mirada y te doy mis ojos.

Dame la frescura de tus palabras, la dulzura de tu voz, la dicha inmensa de morar en tu mente,
como agua en el río, como oxígeno en el aire, como lava en el volcán...
sin estorbar, solo para acompañar y quizás algún día completar...

Hoy que veo el sol, hoy que estás en él... 

jueves, 2 de agosto de 2012

Eva... !Completa!


Es verdad, los amores que se tienen en la vida 
nunca se olvidan 
son aromas que se quedan en el aire 
y una estela de fragancias van dejando 

Quizás mañana será el nuevo día 
cuando las cosas más bellas volvamos a ver 
quizás entonces al fin y a todas estas 
borrón y cuenta nueva, volvamos a entender 
que el amor es el derecho y el deber. 

"Es Verdad" (Fragmento). Ilán Chester.
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"Véndete como una mujer alegre"... ¡Qué extraño sonaron esas palabras en sus labios!

Eva sentía que el dolor se despedía de sus días y quería soñar que esta vez no sería un "hasta pronto". Necesitaba decir 'adiós'.

Una estrella fugaz cruzó a su encuentro rogando que pidiera tres deseos pero esta vez no se hizo ilusiones vanas. La mirada paso por su estrella tan aprisa como esta pasó por un cielo que parecía oscuro aunque estaba lleno de luces.

Eva estaba cansada de llamadas, escritos vacuos, sonrisas falsas y duros golpes de realidad. Era todo tan intenso, presuroso... doloroso.

La felicidad no era un término con el que se sintiera identificada; igual que esa estrella fugaz, los momentos pasaban de ella como un relámpago y se marchaban como tornado: arrastrando todo a su paso.

Incluso hubo días en los que se aseguró que se podía ser 'medio feliz', que nada importaba si se seguía los latidos del corazón. La realidad se empeñaba en restregarle que hasta el más sano de los corazones se detiene un día, ¡cuánto más uno que latía a medias!

Sin más lugar para pensar que el límite de su propia existencia -el mar-  meditaba en esas palabras: "véndete como una persona feliz"...

¿Acaso estaba Eva en medio de un proceso mercantil que aun desconocía? ¿una especie de trueque? ¿Felicidad por amor?

La estrella, como todas las fugaces, se desvaneció. Eva supo que nunca dependió de una luz pasajera, no más engaños o máscaras para ocultar las lágrimas, la tristeza o el desgarro.

El mar no se abrió ante sus ojos, la estrella no se separó de su luz, el dolor no se partió a la mitad... Así que el amor y la felicidad tampoco valía el esfuerzo tenerlos a medias... la vida es completa, un todo compuesto por más que la suma de las partes -meditaba-.

Eva cerró así un capítulo que la hizo feliz a medias para escribir en las páginas de un nuevo libro en el que quería mostrar todas sus partes, plasmar vivencias y momentos completos, con arrebatos, locuras, sonrisas, llanto... pero sin dudas orgullosa de 'venderse tal como era y segura de vivir a plenitud... nunca más a medias'.